1. |
Un siglo de cartón
03:48
|
|||
Un siglo de cartón
Un carro sin nombre soporta la carga,
y obedece al brazo pegado al cordón;
la moneda es corta y la pobreza larga,
en el nuevo siglo de barro y cartón.
El cielo y la calle son pan y basura
desde un horizonte de tren y camión;
el asfalto hierve y el reloj apura,
la mano, la suela, la respiración.
Un sueño de papel
y un mundo de cartón;
las marcas en la piel
y en la desilusión;
un sueño que se arrastra
y un mundo que se niega;
los brazos no se entregan,
se cuelgan del furgón;
la única esperanza
y el último vagón.
Doce horas grises ruedan a destajo
hasta la balanza para cada quien;
el fiel del destino siempre vuela bajo
como el sueño blanco preso en el andén.
Cuatro pesos veinte señala la cuenta;
es lo que cotiza para mal o bien;
el carro del siglo viene a marcha lenta:
el cartón y el barro esperan el tren.
Letra: Enrique Martín
Música: Marcelo Saraceni
|
||||
2. |
Milonga de los arroyos
04:15
|
|||
Milonga de los arroyos
Fue en un rincón suburbano por los pagos de Saavedra
que iba el arroyo Medrano, por entre sapos y piedras.
Y fue alguien de poca ciencia y un sello de goma nuevo
que tuvo aquella ocurrencia de encerrarlo bajo suelo.
También pasó con el Vega, un compadre de Belgrano
y con un guapo de veras que llaman el Maldonado.
Se los llevaron, los encerraron,
era un invierno desangelado,
los maniataron, los condenaron,
...ay mis arroyos encarcelados.
Y así desbordan su rabia de pobres contra otros pobres
mucha bronca y poca labia, ningún milagro que sobre.
Entonces nació el lamento protestón y perdulario
que suele cantarle el viento al desborde libertario.
Milonga de los arroyos de las aguas insurgentes,
que siempre saldrán del pozo los arroyos y la gente.
Se los llevaron, los encerraron,
era un invierno desangelado,
los maniataron, los condenaron,
...ay mis arroyos encarcelados.
Milonga de los arroyos de las aguas insurgentes,
que siempre saldrán del pozo los arroyos y la gente.
Música: Marcelo Saraceni
Letra: Raimundo Rosales
|
||||
3. |
Último tango
03:57
|
|||
Último tango (Tango)
El la miró a los ojos
y le sonrió chiquito
llenándole la copa,
“el último baile -dijo ella-
para llevarme tu olor entre mi ropa”.
No fue un final en llamas
de los que cuenta el cine,
su adiós de madrugada,
miró hacia el salón en la penumbra
y se aferró a su cintura encadenada.
Y se tangueó esa noche...
último tango, alcohol y despedida.
Y ella sonrió en silencio
y él dibujó su adiós sobre la pista.
Quiero morir –le dijo–
si me abandona el eco de esta pieza.
Quiero creer que este tango y tus caderas
son tan ciertos, como el viento, vos y yo y la primavera...
Tango,
lerdo,
llanto...
Amo,
pierdo,
canto...
Tengo tango,
siento tango,
muero en tango y vos te vas.
Vivo tango,
fuego tango,
bailo tango y ya no estás.
|
||||
4. |
Como flor sin luz
03:14
|
|||
Como flor sin luz
Fue tu voz vencida cruzando la calle,
triste desengaño en el mismo instante;
El gris del fracaso y la palabra en blanco
doblaron la esquina sin dejar señales.
Ese impulso inútil, barriendo la tarde
con el gesto mudo del que ya no sabe,
Se hizo grito y eco en tu propia boca
hasta derrumbarse como flor sin luz.
Esta tarde me encadena
como el sueño más tirano;
es el borde de la herida
y la sombra del metal.
Esa voz en la memoria
guarda siempre una pregunta;
esa voz es filo y punta,
una amenaza fatal,
un secreto y una duda,
el misterio y la verdad.
Cuánto ayer agitan las ramas del miedo
y el idioma negro que nombró el silencio.
Cuánta historia vale esa voz vencida
en la apuesta vana de la fe sin resto.
El temor que implora con su desaliento
frente a la certeza del amor desierto,
casi no se escucha cruzando la calle
doblando la esquina del adiós final.
Marcelo Saraceni-Enrique Martín
|
||||
5. |
Los tres silencios
04:46
|
|||
Los tres silencios
Un cielo de trasnoche
y el gesto resignado,
un cuarto de botella y dos pocillos más.
El hombre traicionado
tragó cada minuto
mordiendo su sospecha con gusto a realidad.
De pronto se lo dijo
con la mirada ausente,
los codos desafiantes encima del mantel.
Las tres verdades secas
saltaron desde el pecho,
los puentes de la duda y el frío de la piel.
Ella supuso que él ya sabía,
y solo el modo le sorprendió.
Las confidencias, los adjetivos,
las ironías y la intención.
El tono bajo la voz pausada,
y el pulso firme para lanzar:
las tres palabras, los tres silencios,
el día, el nombre y ese lugar.
Buscó en algún pasado
un rastro de ternura,
y halló una risa fácil, de torpe vanidad.
Un juramento falso,
la alianza de los dedos.
Dos hijos, una vida, la hora de gritar.
De pronto se lo dijo
así como una flecha,
un tiro en la penumbra, un rayo y un temblor.
En el momento justo, disimuladamente,
el río de la boca sin odio, lo escupió.
Letra: Enrique Martín
Música: Marcelo Saraceni
|
||||
6. |
Gorrión Fénix
03:01
|
|||
Gorrión Fénix
(vals)
“Con la atorrante y dulce pequeñez del gorrión tanguero de la saga del barrio,
y valseando con la transparencia egipcia y sensualísima del Ave Fénix, este Don quijote porteño blande su esqueleto, le susurra “ojo” a la vida y renace así a su bohemia desde su propia poesía.
Antes de que el mundo se convierta en penumbras desde mi rama vecina saludo yo a Hugo Salerno en su anhelo, en su vuelo, en su suelo y en su cielo en el que compadrea el Gorrión Fénix.”
Dieron la última vuelta al paso de un vals
y sintió vacío el hueco de su mano,
hasta que su tibieza volvió a encontrar al oírse las notas de un tango:
Firuletes y quebradas, con cortes continuados,
lo quieren matar, pero renace.
Se puede quemar en un avión,
chocar con un semáforo;
ahogarse en una zanja,
o que lo lleve la cirrosis.
Volver con la frente planchada de un disco dando vueltas,
o de una cinta que también da vueltas, y vueltas, y vueltas,
como un vals
siempre vuelve,
como un vals,
como las puntas curvas de los mostachos de Villoldo.
Dieron la última vuelta al paso de un vals,
y sintió vacío el hueco de su mano.
Hasta que su tibieza volvió a encontrar
al oírse las notas de un tango.
Letra: Hugo E. Salerno
Música: Marcelo Saraceni
|
||||
7. |
Frágil
03:45
|
|||
Frágil
(tango)
Se congelan tus hombros desmayados
en la silla gastada del rincón.
Tus dedos amarillos, dibujados
sobre el verde que ensucia el mostrador.
Tras el vidrio de húmedas tibiezas,
anochecen tu sueño y tu temblor,
y tu tos de ginebra y de cerveza
suena a lance de aliento perdedor.
Frágil, la luz de la memoria,
frágil, se apaga en el dolor,
frágil, el peso de una historia,
frágil, se ahoga en el licor.
Duerme, el tedio sin desquite,
sufre, en manos del alcohol,
frágil, como amar las cicatrices,
tristes, fantasmas del amor.
Son nostalgia en el fondo del bolsillo,
un mirar de mujer y el sol feliz.
La foto de anteayer respira el brillo,
que en el pozo de hoy se torna gris.
Agonizan sedientas las botellas,
naufragando en un mar de soledad.
En las copas abiertas como huellas
sin su boca tu sed no tiene paz.
Letra: Enrique Martín
Música: Marcelo Saraceni
|
||||
8. |
||||
Alma de miel ( a Discepolín )
Con tu magia de alpargata de arrabal
subiste con el cuore al mas allá
y gritaste a los ángeles del sol
la rima, la injusticia y el pesar.
¡Que vachaché! Alma de miel
perdimos
tragamonedas de dolor
¡Ya ves! Al fin tan solos como ayer
en este milonguero atardecer.
Qué suerte que estas vivo Discepolín
faltaba un camote intelectual
para seguir con esta realidad
mediocridad
tu pluma está escondida en el cantar del corazón.
¿Quién te dictó los versos? Discepolín
¿Quién te dio la manija existencial?
cada palabra tuya yira y yira y vale más
en el universo circular.
Tu poesía y tu piolín de eternidad
envuelve este plomizo despertar.
Junto a los malandraques del querer
que siempre desfilaron para vos
con tu talento sin igual
ganamos
con la verdad que nos marcó
¡Ya ves! Tu alma villera vislumbró
la risa, la tragedia y el amor.
Letra: Hilda Guerra
Música: Marcelo Saraceni
|
||||
9. |
La noche en Buenos Aires
03:32
|
|||
La noche en Buenos Aires
(Tango)
La noche habla bajo y tan bajo escucha
un brote de hojas y un rumor de tumbas.
La noche conoce las huellas del día,
los huecos del aire y el yugo del sol.
La noche es solemne, cómplice y adulta,
confesión amarga y verdad profunda;
custodia y misterio del placer amante,
guarda bajo llave la sed del amor.
La noche en Buenos Aires es arte y es pelea,
un trago en cada esquina,
provocadora y bella.
la noche en Buenos Aires es trágica y es tierna,
cansada como un carro,
sentimental y eterna.
La noche en Buenos Aires es magia y es dolor,
luz verde para el alma,
el vuelo y el temor.
La noche en Buenos Aires se enferma de emoción,
resiste como un tango
y existe como Dios.
La noche protege la paz y los sueños,
un acuerdo turbio y un pibe durmiendo.
La noche cobija la estrella de plata,
un presagio negro y un ángel azul.
La noche es oscura como su lamento
y olvidó en la luna su farol despierto.
Se abraza en la cama al reloj del cuerpo
y al viento del tiempo, sin norte y sin sur.
Letra: Enrique Martín
Música: Marcelo Saraceni
|
||||
10. |
Mesas de los bares
03:33
|
|||
Mesas de los bares (Vals)
Ella pensó que el mundo era una fiesta,
y algún ‘te quiero’ apenas susurrado;
se fue esperando una respuesta,
el bar era un testigo,
de aquella gris canción bajo la siesta.
Él no inventó su sombra en la ventana
buscándola en las mesas del barcito;
vagó perdido en la mañana,
como un fantasma herido,
tibio recuerdo de otra madrugada.
Historias pequeñas,
verdades y mentiras,
pasiones y bo¬he¬mias
en me¬sas de los ba¬res.
Historias pequeñas,
amantes y amadores,
perdidos, perdedores,
haciendo malabares.
Sentado entre cigarros y cervezas,
enarboló una historia hacia adelante;
sin superhéroes ni proezas,
creyó que en Buenos Aires
eran lo mismo sueños y certezas.
Con el final de un lápiz medio rante
le dibujó un payaso en una rosa;
con cuatro versos ignorantes,
en una servilleta,
dejó el boceto de su amor andante.
|
||||
11. |
Rosa y gris
04:10
|
|||
Rosa y gris
(Tango)
Quiero cada instante de tu cuerpo,
cada metro de tu historia rosa y gris.
Quiero el color de tu sonrisa
y en tu voz la música feliz.
Quiero el pudor del desenfado,
aquel sí de media lengua y tu raíz.
Quiero ese no que aun resuena,
tu tristeza antigua y tu desliz.
Quiero todo, quiero verlo, quiero amarlo,
por los años sin respuesta y el adiós.
Quiero todo,
tu presente y tu pasado,
por mi aliento renacido
y por los dos.
Quiero todo, a la sombra de tu sombra,
Tu recuerdo en la cruz de ayer y hoy.
Quiero todo tu memoria y tu futuro,
por la muerte del olvido
y por los dos.
Vuelvo con las horas apuradas
del destierro, de la angustia y la ilusión.
Vuelvo de la noche desmayada,
solo en el desierto del dolor.
Quiero, tus orillas desbordadas,
tus silencios, tus fantasmas y tu luz.
Creo en la esperanza renovada
tu color de siempre
Y este azul.
M. Saraceni – E. Martín
|
||||
12. |
Historias de mi cocina
03:18
|
|||
Historias de mi cocina
Morena, pan y tabaco,
Manuela de voz de ron,
derrama sobre la mesa
harina, grasa y canción
y empieza a amasar la vida
desde antes que salga el sol
Menuda como sus manos,
menudo vuelo su andar,
señora de la cocina,
Manuela desanda el mal
y va revolviendo historias
de amores, comino y sal
Ay!, niño, que ya no siga,
que me estoy acalorando,
que deje quieta esa mano,
que la carne va quemando,
que la comida se pasa
y me estoy enamorando
Ay!, niño, que ya no siga,
que me estoy enamorando
Las manos tiernas de aceite
la boca feroz de amor
Manuela junta deseos,
ardientes como el carbón
y llora con la cebolla
lo mismo que en el alcohol
Que besos tendrá esta noche,
que sueños me habrá de dar
tal vez hasta sea cierto,
tal vez las vuelva a soñar,
historias que en mi cocina
Manuela suele amasar
Marcelo Saraceni-Pablo Guzmán
|
||||
13. |
||||
SERÁ QUE MORIR NO ALCANZA ( tango)
(al polaco Goyeneche)
Que mezcla que hacemos en este “ispa”.
A los árabes le batimos turcos, a los judíos rusos, a los andaluces gallegos, y hasta tenemos un polaco con apellido vasco.
Nos quieren “engrupir” que se murió, pero “anda a Saavedra” si es cierto. Lo veo manejando otra vez un “bondi”, saltando en los tablones de Platense, o dándose el gusto en un dueto con Gardel.
Si la cuadra se engalana y el club de la otra esquina
se pone la pilcha fina y nos guiña una ventana
si al volver del estadio alguien ficha en “San Quintín”
si un picado en “Machain” lo transmiten por la radio,
Si el “diecinueve” hoy no anda, si para alejar las penas
se brinda con agua buena del “Medrano” de “agua blanda”
si la cana pide “pido” y custodia un bandoneón
si dan “Sur” en el Colón, en el Cumbre y en el Lido.
Si Saavedra se divierte con sus banderas izadas
es porque hoy en la barriada desconfiamos de la suerte si la murga y la hinchada llevan pintado un bigote
de un polaco grandote que canta con voz quebrada
Si el otoño es primavera y en una plaza ganada
las estatuas disfrazadas dan la misa dominguera
Si Saavedra se divierte con estandartes y danzas
será que morir no alcanza para llegar a la muerte.
Si alumbrada con neones la “Avenida del Tejar”
anuncia en su acto central desfile de bandoneones
y si uniendo los harapos, si juntando los remiendos
se hacen banderas al viento que saludan al polaco,
Si mil canarios se vuelan, desde el “Tábano” al “Pinocho”
si lagrimea un morocho que sonríe hasta las muelas
si se brinda en el “Bodense” por un encuentro casual,
y en cadena nacional nos transmiten a “Platense”.
Si Saavedra se divierte.........................................
letra ERNESTO GARABATO
música MARCELO SARACENI.
glosas HUGO SALERNO
|
||||
14. |
Tal vez habrá otro dios
03:26
|
|||
Tal vez habrá otro dios
Seguramente lloverá como en Macondo
Y habrá un domingo gris en cada esquina
La nostalgia será una golondrina
Mintiendo un ademán de niebla y lodo
Seguramente las persianas, dirán que ya se fue
Y un ángel dormirá junto a los lobos
Seguramente enredaremos las palabras
Al menos las que duelan y las graves
Tal vez ni las rocemos, tal vez
Habrá otro dios con otra llave
Pero se, solo se
Que nunca, nunca ha de faltar
Mi mano entre sus manos, su boca por mi acento
Y el tibio vino de este viejo cuento
Su risa en mi costilla
Mi mueca en su cintura
Y el vértigo de tanta desmesura
Su adiós hecho pedazos, mi olvido echado al viento
y el bello desmorir de aquel invento
Seguramente temblaremos en el gesto
hojitas de una vida insistidora
tal vez se escuche un tango, tal vez
silbe mi voz entre sus horas
|
||||
15. |
Soy cantor
03:32
|
|||
Soy cantor (Tango)
–M. Saraceni / R. Rosales–
Podría confesarte simplemente,
que canto sólo porque tengo ganas
y no es que lo que diga sean macanas,
sino que ser cantor
es algo más, es este amor
que explota por la piel y por los dientes.
Yo canto por destino y por las dudas
y canto porque tengo atrás un barrio,
porque tuve un amor o acaso varios,
por bronca y por dolor,
porfiado, amante y portavoz
de historias que amanecen como arrugas
Yo tengo el brillo de mi estribillo
y el verso pobre de la canción.
Soy el que aguanta con la garganta
la rima espesa de la tristeza en el corazón.
Canto el silencio del que no canta
y la protesta de la razón.
Yo soy cantor mientras queden sueños,
y algún poeta rondando cerca de un bandoneón.
Yo canto porque el cuore lo reclama
y porque vuelvo en todo lo que nombro,
yo busco el escenario de tu hombro,
me asomo a media voz
y soy la letra de los dos
coraje tangueador que siempre llama.
Cantar es entender lo que otro calla
y andar con el amor a pecho abierto,
cantar es dar la cara y dar el cuerpo,
cantar es respirar,
mirar de frente y no olvidar,
cantar es estar vivo y dar batalla.
Repite estribillo
|
Tangos para un siglo de cartón
Marcelo Saraceni
Músico, compositor y docente.
Nació en Buenos Aires el 22 de noviembre de
1957.
Ha compuesto la música de obras de teatro, espectáculos musicales y canciones de diversos estilos, destacándose con sus composiciones del género tango.
Ha recibido varios premios municipales y nacionales.
Algunas de las obras premiadas están en este disco.
... more
Contact Tangos para un siglo de cartón
Streaming and Download help
If you like Tangos para un siglo de cartón, you may also like:
Bandcamp Daily your guide to the world of Bandcamp